10 enero, 2013

Election

 Pequeña historia de terror para profesores, para los demás, comedia negra. Election. Alexander Payne. 1999. Con el tono de una amonestación de la biblia, esta película hace la siguiente advertencia: «Tened cuidado con esos alumnos que siempre levantan la mano de primeros»

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 Jim McAllister nació pisando una mierda de perro. Cumple todas las normas, posee elevados ideales y ha sido elegido tres veces profesor del año en su instituto. Como si unos dioses crueles jugasen a la petanca con su destino, se convierte en el responsable de las elecciones al consejo escolar y se topa con un ser implacable: Tracy Flick, una alumna dotada de un talento único para la autopropulsión y principal candidata a presidenta del consejo. Ambiciosa, manipuladora y de piedad desechable, divide el mundo entre los que crean su propia suerte y los demás. Su ansia por ganar excita su rapacidad innata y convierte la película en una explicación de por qué los grandes depredadores presiden la cadena alimentaria: no son mejores, solo son más voraces.

 Las buenas comedias siempre han utilizado la risa, que es de buen predisponer y todo lo perdona, como disfraz para ejercer una crítica de las costumbres, los prejuicios, las apariencias o la sociedad de su tiempo. Rafael Azcona fue profesor silencioso de lo anterior. Observador agudo, con la precisión y la escasez de adorno de quien trasplanta un órgano firmaba guiones que hablaban de las pequeñas miserias y cobardías humanas de la España que le tocó vivir. Te ponía delante del espejo. Ante situaciones que maldita la gracia, pero te hacía reír. Salvando las distancias azconianas, que son mucho salvar, el humor de Election nace de un proceso parecido.

 Alexander Payne dirige esta comedia cargada de vitriolo con la distancia despiadada del entomólogo. Más que describir, disecciona a sus personajes, les pincha las entrañas con un alfiler. Propina una bofetada a la autocomplacencia del sueño americano y sus recetas de felicidad falsa, con su gente anodina, sus centros comerciales, sus jefas de animadoras, el líder borrego del equipo de fútbol y un instituto repleto de alumnos que explican los adultos que serán después. Payne hace un relato del ser humano a ras de suelo. Nos muestra un catálogo de seres mediocres sobrados de soledad que, en su afán de buscar queso gratis, entran en todas las ratoneras.


                                                                                                                                          (Publicado en La Voz de Galicia)

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